EIDU Encuentro de Innovación en la Docencia Universitaria - IV Edición Dictar - Discutir - Debatir - ¡Jugar !


Aunque he escrito en otro blog, sobre mis experiencias como implicado en ellas, aquí quiero hacer una descripción algo más técnica de algunos aspectos de las propias jornadas.

Este encuentro era una iniciativa de Leonor Margalef y Alejandro Iborra de la Universidad de Alcalá de Henares como una extensión y complemento a su muy interesante y efectivo Master en Docencia Universitaria.

Organizado bajo el lema "Dejar Hablar al Alumnado", y con el texto de Don Finkel "Dar Clase con la Boca Cerrada" de fondo, este encuentro ofrecía un programa variado e interesante. Pude presenciar mucho del encuentro aunque mi llegada tardía el primer día a falta del don de ubicuidad hicieron que, necesariamente perdiera algunos componentes.

Había diferentes tipos de eventos que, a su vez ofrecían diferentes ejemplos de "dejar hablar" "hablar el alumnado" y "dejar hablar al alumnado". Entraré en breve en más detalle:

Hubo presentaciones y postres por parte de diferentes argupaciones de profesores y alumnos - algunos de ellos de la propia Universidad de Alcalá y otros de otras Universidades. Hubo sesiones de "posters", formato de libre interacción muy parecido a un "stand" de feria de el que diferentes grupos colocan posters de sus proyectos e iniciativas en un espacio abierto. Los asistentes al encuentro pueden pasear libremente estre las diferentes exposiciones y entrar en diálogo con representantes de los grupos que explican y elaboran más sus ideas.

Hubo una "charla-debate" a cargo de D. Juan Bautista Martinez de la Universidad de Granada que, con gran aplomo, sencillez y sensatez se encargó de cuestionar la insitucionalización de los "roles" de "alumno" y "profesor", las inseguridades que los sustentan y, con la valiente afirmación de que "la descontrucción es lo más importante que han podido ofrecer las ciencias sociales recientemente", procedió a plantear la utilidad práctica de saber escuchar y, más allá de eso, de saber traducir las "categorías" que utilizan los diferentes participantes en un sistema educativo formal.

El mismo profesor, durante la comida anterior a su intervención, había estado hablando sobre un juego de comunicación en el que ganar significaba no "argumentar mejor que los otros" sino incorporar sus ideas y argumentos en el tuyo propio.

En términos de DBM, esto cambiaría la estructura de comparación y contraste de experiencia (vital al proceso de aprendizaje) de DISCUSION en DEBATE.

Desde un punto de vista de desarrollo y de construcción de modelos, se puede identificar una secuencia que pasa por fases de DICTAR  -  DISCUTIR  - DEBATIR.

Dictar es un proceso unidireccional en el que una manera de hacer las cosas se impone - más allá de lo que puede ser la experiencia o evidencia en contra. Claro está que esto no se hace siempre con malas intenciones - de hecho hay muchos profesores dictando regímenes en sus clases, terapeutas dictando a sus clientes maneras de resolver los temas y padres dictando a sus hijos lo que es bueno - o no - para ellos. Y todos ellos con las mejores de las intenciones. Los inquisidores y conquistadores sabían lo que era bueno para sus víctimas. Tristemente, y muy a pesar suyo, a veces había que ser algo duro - incluso a veces muy duro - con ellos. Pero al final era por su bien.

Hay ejemplos muy extremos de esto: "Santo" Domingo de Guzmán ante la duda de quién era o no cátaro (y, por tanto, hereje)  después de la caída de Montsegur ("¡quemadlos a todos que Diós reconocerá a los suyos!") o el ejemplo de un conocido mío cuyo padre le obligaba a aprenderse las matemáticas o - literalmente - comerse el libro de texto. 

Pero no hace falta ir a ejemplos extremos para encontrar la estructura - porque es natural, necesario y, a veces, apropiado. Dictar es lo que hacemos al mundo cuando sabemos como tiene que responder. Dictar es lo que hacemos a nuestras parejas cuando sabemos lo que necesitamos. Dictar es lo que hacemos cuando sabemos....No nos engañemos por las asociaciones negativas del vocablo. Dictar no es de por si ni malo ni bueno. Es unidireccional y no tiene en cuenta el feedback.

Curiosamente, muchos de los "debates" televisivos (especialmente los que tienen contenido político) podrían describirse más acertadamente como "dictaduras en serie". Una persona dicta su posición y luego otra hace lo mismo sin que haya mucha relación entre una posición y la otra.

Discutir es otra estructura. Tiene en cuenta al otro para reforzar la propia posición. Es un proceso que pone límites a las cosas - un sentido de "hasta dónde" se puede seguir dictando. Trasfiere atención y detalla y refuerza las estructuras ya colocadas pero no conduce a transformación.

Muchas de las iniciativas del tipo "póngase en la piel de otros" tienen esta estructura. También es la estructura de (por ejemplo) trabajo y vacaciones. El "vea Vd. las dificultades de moverse por la ciudad como lo hacen los invidentes, véa las cosas desde el punto de vista de los profesores (si eres alumno) o desde los alumnos (si eres profesor)" crea, por supuesto, un sentido de existen otros puntos de vista. Si entras en cierto detalle también pone de relieve el valor de cada uno. "No hay mejor cocinero que una noche de maniobras" dijo Alejandro Magno expresando una función de alejamiento agradecido no muy diferente del que piensa "menos mal que yo no soy tan "ignorante/ sabelotodo/ carca/ insulso/ obsesivo/ irrespetuoso/ pringado etc. que él". El que trabaja lo aprecia más por las vacaciones y viceversa. Lo importante de esta estructura es que es la convivencia no resuelta de los dos aspectos. Su acumulación (que no integración) crea una estructura en que un aspecto se mantiene por la presencia (antagonística) de la otra.

Esto es muy importante. Para desarrollar la robustez de las ideas - nada mejor que una buena discusión sobre todo una discusión lúdica. Esta es la tradición de la tertulia, lo que permitía a D. Ramón Valle Inclán defender un argumento por la mañana y por la tarde sostener con igual ahinco la tesis contraria. Y hacerlo con el gusto del karateka que se entrena con diferentes katas y combates. Como quien ha dicho en su momento "la única discusión inútil es aquella que se toma en serio". Claro está que muchas personas toman muy serio las discusiones y acaban intentando - dictar sus posición como "la correcta". 

Como instrumento de integración la discusión es por si sola, insuficiente y frecuentemente inutil precisamente porque se basa en la no integración. No es que sea el trabajo o las vacaciones lo correcto. La vida sin cualquiera de ellos sería más pobre.

Y ¿qué pasa con el debatir? ¿Cómo es diferente? Por una parte, requiere que se incluya y entienda algo del modelo del otro para que pueda funcionar. Puesto de otra manera, si yo puedo llegar a comprender - en sus propios términos - como está funcionando otra persona y, más allá de eso, si soy capaz de sugerirle nuevas posibilidades  (más allá de las que el o ella ha podido generar por si solo/a) para conseguir lo que quiere, entonces estaré en una posición de poder no solo encontrar fallos en lo que está haciendo sino añadir maneras en las que puede funcionarían mejor.

He visto a muchos profesores "entrar al trapo" en defensa de sus ideas en vez de proporcionar los medios para que se puedan comprender mejor al igual que he visto a muchos padres discutir con sus hijos. Con gran frecuencia no se ha podido jugar lo suficiente con las ideas en cuestión para poder llegar a algo parecido a una conclusión.

Pero claro, es muy difícil jugar cuando no tienes razón - casi tan dificil que cuando la tienes.

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